El origen de la duda Cartesiana.
Es sabido y repetido hasta el hartazgo eso de “pienso, luego soy” referente al método Cartesiano, pero ¿desde donde parte? ¿como influye su formación física y matemática en esta conclusión y a la vez principio de su teoría?, que como también sabemos y releemos habitualmente marca mas bien una ruptura y no una continuación en el pensamiento filosófico.
Veamos brevemente.
La duda surge desde la diversidad de opiniones de los hombres doctos, afirma Descartes y de la observación del libro del mundo. Aquí el pensador nos introduce en dos conceptos de importancia capital, por un lado esas opiniones encontradas y hasta contradictorias, no son miradas con desden y menosprecio, muchas veces la duda (mal explicada) tiene una tensión, una carga negativa, aquí esta duda parte desde las opiniones de los estudiosos, es decir que las pondera y al generarse una situación de cierto empate, debe someterlas a dura prueba de verificación.
Por otro lado, observar el libro del mundo, es pensar el ser como encuentro, es pensarse como parte integrante de la comunidad y verse en medio de la realidad. Quizá secularizar – salir de las órdenes clericales (por aquellos tiempos).
El método que consiste en conducir ordenadamente el pensamiento, parte de la orientación desde una misma mirada de la realidad, una propia, clara, única… evitando así la superposición de opiniones, en función de capas de necesidades.
Es decir, partir desde una misma base (axiomática) y llegar a destino por un mismo y meticuloso camino. Parte Descartes de las matemáticas, se sirve de las certezas que ofrece, aún sabiendo que los axiomas (artificios matemáticos) son las que llamará certezas metafísicas.
Es decir, los artificios son convenciones del tipo (a*b)² dentro de una función específica, arriban – aproximan la formula a determinado resultado, es un procedimiento – valga la expresión: certeza metafísica.
El pensador vuelve sobre el problema de la duda positiva, aquella que despierta el interés y anima el espíritu en pos de investigar todo aquello de lo que es capaz y no permitirse dudar de la verdad heredada, es estar como extraviado.
Pero esta orientación del pensamiento en una dirección de orden riguroso (matemático) sirve y exige una moderación de las pasiones, fomentando la paciencia y la templanza, virtudes necesarias para consagrar una vida dedicada al estudio y la contemplación. Esto implica no temer al paso del tiempo y por ende comprender que la muerte siendo una posibilidad latente, no merece temor, aunque de los textos emerge una especie de convicción de la angustia.
Bueno, comencemos por dudar…
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Que hacés hermanito!!! tanto tiempo. Felicidades!
ResponderEliminar"El discurso del método"... tantas veces leído... el pensamiento de Descartes, tantas veces reflexionado. La verdad no sé que pensar sobre ese muchacho. Tendría muchas cosas para agradecerle, pero su pensamiento fue una "Caja de Pandora" que, posteriormente, los filósofos han abierto. Hoy estamos pagando el precio e intentando cerrarla. Descartes nos ha dejado un "Pecado Mental" del que pocos se liberan. Es una lástima que una mente tan "Aguda" como la suya no haya captado las últimas consecuencias de su "Cogito": esa tarea la dejó a su posteridad y ha tardado mucho en darse cuenta...
Nos vemos Valentín! Buen Blog el tuyo!
Hola amigo, felicidades.
ResponderEliminarYo en general trato de no sospechar del pensamiento de un autor de estos que son fundantes, sospecho mas que nada de las posteriores interpretaciones de sus pensamientos. Si te referís a la posterior negación radical de la metafísica. La duda metódica, no implica que todo sea solo si es en laboratorio físico – matemático.
A decir verdad, considero que el pensamiento (en general) debe estar librado de pasiones políticas o pasiones ( a secas), todo el pensamiento es actitud, es impulso, es ir mas allá y en ese contexto, el pensamiento siempre parte desde la metafísica, desde la patencia del ser, desde la primera distinción entre sujeto-objeto, desde que se constituye el hombre referenciado en el universo que lo rodea, ese primer conocer: es metafísico… que se yo, acá andamos. Gracias por pasar.