31.8.13

El binomio que se pretende guerra-paz, lesiona desde antes y más profundamente los vínculos de aliados y enemigos por igual, produciendo una quebrada que deposita en otro extremo a aquellos a quienes ya no consideramos en su plena dignidad, sino meramente "otros" abstracto y dañino, un monstruo acaso.

“Estamos listos para atacar” puntualiza Obama y es una exclamación por demás desdichada considerando que hace un par de años aquel circo de pretendido prestigio, le diera el Premio Nobel de la Paz. 
Aún prófugo de toda ingenuidad me resulta siempre escalofriante cuando, pronto a una escalada militar todos los medios de comunicación profundizan el lenguaje hostil, ¿asumiendo también su licencia para matar? 

26.8.13

De todo lo que podía hacer, de lo que mas se enorgullecía era de saber preparar hasta el menor detalle una travesía, ¿que saben los intelectuales de zapatillas sucias e intempestivas lluvias a la intemperie (hasta de su propio corazón)?
Sentía predilección por una vieja mochila, se la habían regalado 23 años atrás cuando aún casi no podía cargarla, con ella acampó un promedio de 20 noches al año durante todo este tiempo, incluso en lujosos hoteles 5 estrellas que desentonaban con su estética prolijamente desprejuiciada. Que vulgaridad eso de viajar con valijas. 
Hurgando en libros de cocina sintió un leve pero intenso malestar, pues no había encontrado una sección de coctelería. 

20.8.13

De todas las fábulas que leyó en su infancia ninguna la causó mayor estupor que ésta, sin embargo siempre recordaba el final esperanzador que proponía un viejo lobo en el último renglón. Pensaba la frase cada tarde: “…ciudadanos, no súbditos”. 

6.8.13

En los “Escritos de un viejo indecente” comienza el desconocido hablando de la tranquilidad emocional que le causa escribir bagatelas sin precisión estilística y argumental. No siente la tensión de esculpir una obra, se deja llevar mientras bebe una cerveza fría. El libro es una selección de columnas y artículos que fueron publicadas sin entusiasmo, por un editor despreocupado por el “valor periodístico”, la independencia política y esas cosas que escuchamos a diario – justamente: sin demasiada precisión argumental, sino más bien como un slogan gremial.

Dice el facineroso de siempre y eso me llama la atención por irreverente a secas: “Si quieres mandarme di­nero, vale. O si quieres odiarme, también vale. Si yo fuese el herrero del pueblo no andarías en broma conmigo, pero sólo soy un viejo con algunas historias sucias. Que escribe para un perió­dico que, como yo, podría morir mañana por la mañana”. Voy a leer esta obra otra vez algún día, aunque sea contra-su-natura llamarla obra. 

5.8.13

El sábado me encontré nuevamente con el género policial cuando compré Omertá (de Mario Puzo) – tapas duras y de color negro opaco, con unos agujeros como de balazos tal como corresponde. Hasta donde llevo leído: impecable, con la misma estética narrativa de El Padrino y El último Don
Entre los tres libros, se conforma una enorme trilogía de culto. 

2.8.13

Es posible que solo sean prejuicios literarios, pero no confío en las bondades de un cuento que comienza con el amable “Había una vez” (de los cuentos de antaño), en cambio apuesto ciegamente a uno que comience con un “Jamás podré olvidar aquel espantoso verano…”.