27.4.11

Que verbos te destacan

cuando todos duermen,
entrañable Dioniso.

El poder de la academia.

“… las barreras son para los que no saben volar…” dice Nietzsche en alguna parte, no obstante si el saber no se legitima, no se encarna como poder.
Toda teoría es preexistente a si misma como tal, esta expresión de tinte ontológico, puede usarse en sentido teológico político., quizá pueda pensarse que…
Es importante destacar el aspecto expansivo de toda enunciación.

25.4.11

21.4.11

La perfección que irradia el vicio de la carencia. Recién vimos “El cisne negro”. Recomendada, aunque no comparta la idea de recomendar cosas.
Quizá en la idea de quietud se encuentre el progreso.Es una línea biográfica y autorreferencial, como todo lo que uno dice.

20.4.11

Y el espejo te devuelve una metáfora.

Saber leer II.

Según Orígenes hay tres sentidos en la comprensión de un texto:

A – el cuerpo, la letra (lo literal) que se muestra a todos por igual.
B – el alma, que es el sentido oculto de aquello que se lee, aquí está escondida la intención del autor.
C – el espíritu del texto, que se emparenta con aquello que representa.

Claro que Orígenes nos habla desde la lejana Patrística, y hace referencia a las sagradas escrituras, pero creo, que bien vale la pena al respecto de este asunto de saber leer el libro del mundo.

18.4.11

Era como un rayo de luz de terciopelo y fuego… sobre todo esos días del otoño.

¿Es el hombre realmente libre?

Antes de apresurar una respuesta, deberíamos detenernos y considerar que el problema fue planteado por primera vez por Epicuro y que a partir de allí es recurrente en toda la filosofía occidental, incluso en estos tiempos.

Por eso va mutando su apariencia externa, pero en el fondo la pregunta apabulla a filósofos, teólogos, sociólogos, estadistas, juristas, antropólogos y otros mas, de pretendida episteme.
La cuestión socrática pone en evidencia la ignorancia del experto.

15.4.11

Saber leer.

Leer críticamente es recuperar la voz, liberarse es romper el molde y superar la encadenación de oraciones llanamente, es animarse a contradecir: como ejercicio posterior a la reflexión. Eso es “leer a partir de”, experiencia que supera con amplitud a la apropiación mecánica de palabras ajenas.

Es acción transformadora.

14.4.11

Repetía sin pausa las palabras mágicas que le vendió esa sonrisa, pero de la grieta no salían las monedas de oro y chocolate.

12.4.11

Miraba de reojo sus viejas remeras alusivas, como queriendo ganarle una pulseada al paso del tiempo, rememorando sus noches explosivas, sin haber comprendido que no se trata de librar batallas imposibles, sino de saber nadar en diferentes aguas.

Doxas vivas.

Ayer escuchaba hablar a “especialistas”, comprendí eso de que existen bibliotecas opuestas acerca de un mismo objeto, pero es mas que una simple enunciación que pretende legitimar una o ambas posturas, de manera cortes en un juego discursivo.

Enunciar un predicado obliga a tomar una postura ética sobre lo que se dice, porque tiene inevitablemente un impacto moral. Todo discurso influye en otro, lo atraviesa.

10.4.11

Anochece y el camino se torna más desértico. Sin embargo ese problema es del hombre, mientras la naturaleza encumbra su poder.
En cada punto la recta se bifurca. La elección es aún con los “pies de página” envenenados y ¿cuál será el nombre de la rosa?

7.4.11

Lo semejante con lo semejante.

Se entremezclan las naturalezas individuales desnudando la, acaso espantosa realidad de ser todos semejantes.

Así, como dice el pequeño articulo de wikipedia sobre la obra del autor, se cruzan los caminos de lo privado, lo público, lo individual y lo colectivo.
En lo personal pienso que estas manifestaciones lejos de ser provocativas o que rozan los límites sociales (porque otros grupos igualmente válidos se escandalizan), ponen al cuerpo del hombre nuevamente de cara a la inocencia. Inocencia que conlleva vulnerabilidad y sencillez.
Desde ese plano, se genera un vínculo comunicativo de efecto multiplicador. Es un tipo de desnudez del que no se tienen noticias en los obscenos-tiempos que corren.

6.4.11

Sus manos de tinta dibujaban mis sueños de principiante.

Hermenéutica para adolescentes.

Un cuento de época no describe (solamente) el tiempo que narra, sino el tiempo en que se escribe. La posición del autor es en su contexto.

Se despidieron.

Alguna leí un cuento de esos que quieren decir algo, quiero decir: esos escritos con una manifiesta intención pedagógica. Era de tinte religioso (espiritual), viene bien de todos modos.

El tipo, ya descreído de los universales se pensaba en el mundo lógicamente, determinado, justificando su existencia desde una posición racional - ¡bien!
En una ocasión muere su burro en un despoblado camino rural, solo en la inmensidad de la noche. Pensó en esa fiel compañía diaria, silenciosa, abnegada.
Lloró esa perdida desde el fondo de su pecho, desde una dimensión hasta ahí inexplorada.

4.4.11

Encontré sonrisas y desvelos en una maraña de extrañezas.

Aplazar la segunda navegación.

Redefinir, suena mejor cuando nos alejamos de los puntos máximos y mínimos, creo sano y económico apostar a un intento por desplegar las velas y ayudarse con el viento.

1.4.11

De señuelos y el trabajo de Demiurgo.

Semióticos de distintas aristas piensan que hay una colisión entre imágenes y texto, ruptura que se origina en una no-circularidad, ni retroalimentación, sino que las imágenes (primeras impresiones sensoriales) emiten y motivan textos variados, pero que en su inversa, eso no puede suceder tan claramente, es decir: los textos no remiten a las mismas imágenes.
El fundamento, es que la única dimensión que se mantiene en el texto es la linealidad de su escritura que conlleva una abstracción tal, que imposibilita la reconstrucción de la imagen visual.
Esto es, a mi entender, otorgarle un poder ilimitado y antinómico a dos instancias de la experiencia sensible que hacen infinita, la capacidad de significación. No obstante una reconstrucción “fiel al original” es casi imposible porque la vuelta nunca es en una inversa limpia, sino que se llena, de la propia experiencia del sujeto.
¿Estos habrán sido los contratiempos del Demiurgo platónico?