Hay una irremediable e irreparable involución, dentro de la carrera por la evolución definitiva. ¡Todo tiempo pasado fue mejor!, se dice nostálgicamente.
Es que hay una condición necesaria y suficiente: es la adaptabilidad a vivir de manera miserable.
Es ese elemento que nos distingue del resto del universo – la razón –, aquella que nos da la capacidad de someter y no de convivir con el medio. Es la razón que nos permite una infinita adaptabilidad a diferentes entornos.
De esta plasticidad deviene un principio de irresponsabilidad con el universo. Oímos de manera frecuente expresiones de referencia a cuando el hombre va a parar la destrucción del entorno y otras de tono similar. Lamentablemente, debemos responder que nunca, la destrucción del entorno y la búsqueda de otro nuevo, está en su mas primitiva existencia.
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Nietzsche diría que lo que pomposamente llamamos "Razón" no es otra cosa que nuestra propia (y bestial) manera de "convivir con el universo". La misma idea de que el universo es un tipo de entidad con la que podemos tener alguna "deuda" (con la que hay que "convivir") es una corrupción secundaria de nuestra manera de abrirnos camino en él --y que, por otro lado, no es esencialmente diferente del resto de las que pueblan o constituyen "el universo"--. El peligro es creerse la única fuerza destructiva o constructiva de la historia (ponele "universo", "realidad", o lo que quieras). Porque construir o destruir son maneras de describir algunas cosas que hacemos (o creemos hacer). Digamos que desde un punto de vista psicológico, la soberbia y la culpa son síntomas de una misma enfermedad. No hay necesidad de "humanizar" al universo ni, por otro lado, de "ponernos en armonía" con él. El mundo es más "humano" de lo que creemos, o bien nosotros somos mucho más "naturales" de lo que nos gustaría pensar.
ResponderEliminarSin embargo, parece innegable que un buen día ciertos monos inteligentes inventaron el conocimiento. Y eso (como probablemente todo lo demás), sí que es un misterio.
(perdón por la pretenciosa parrafada, es muy domingo...)
Cualquier otra sociedad animal, ponele monos, abejas, hormigas, lobos, conviven y aceptan su natural lugar en el entorno, de manera instintiva. En consecuencia, salvo casos migratorios se adaptan. Porque allí deben permanecer esperando una y otra estación de lluvia, o la llegada de los herbívoros, o la primavera. Etc.
ResponderEliminarEn tanto el hombre, tiene el instinto que un buen día de manera misteriosa se hizo conocimiento y luego lo desarrollo formalmente – para someter a su entorno, y en el mejor de los casos construir algún tipo de ritualización de ciertas prácticas.
No obstante, la carrera por el avance definitivo hacia un mundo confortable, siempre – desde que nos bajamos de los árboles como hacíamos referencia – esto deviene en retroceso del entorno, en pos de un avance del entorno. Gandole terreno al mar, desmontes caóticos sin reforestación o políticas ambientales mancomunadas, bla, bla, bla.
Por otro lado el fenómeno social de los grupos paladines del ambiente, es explicable posiblemente desde otro post y no este.
En fin, buena parrafada como siempre la tuya.
Es que hay una condición necesaria y suficiente: es la adaptabilidad a vivir de manera miserable.
ResponderEliminarEs ese elemento que nos distingue del resto del universo – la razón –, aquella que nos da la capacidad de someter y no de convivir con el medio. Es la razón que nos permite una infinita adaptabilidad a diferentes entornos.
Dígalo usted mismo…
ResponderEliminarA mí manera de ver la razón es la mayor fuente de sabiduria, tal vez por eso transcribi tus palabras, no hay mucho más que decir, tomaste un buen camino compañero.
ResponderEliminarja... gracias por darte una vuelta.
ResponderEliminarNo obstante la razón es lo mas propio del hombre. Es por lo que comprendemos (además de todo) y poseemos la libertad, la realidad, el devenir. Es entonces lo mas divino que tenemos.
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