La solidaridad, aquella que es verdadera porque reconoce en el otro a si mismo, no reconoce doctrinas, fronteras ni academias.
Reconocerse en lo que padece el otro es transitar la senda de la verdad, aquella que solo reside en el interior de cada hombre.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
es eso que le llaman ser humano...
ResponderEliminar