5.12.09

algunas consideraciones

Muchos filósofos, eruditos y escritores comienzan hablando de manera intempestiva de la Filosofía Griega, como si sus referentes no fueran producto de una historia real y articulada, en el plano de las prácticas y costumbres, por eso es necesario comprender la estructura misma de su modo de producción, para ver que siempre el entorno influye de manera relevante, y tenerlo en cuenta ayudará a mejores interpretaciones de aquel pasado profundo y quizá en un acto reflexivo de nuestro tiempo vertiginoso, sea también la base de mejores condiciones de vida.

Cada hombre, cada filósofo, es aquello que su tiempo le imprime. Mas aún en este caso, cuando ya hemos sugerido que la evolución doctrinal de Aristóteles, era conforme al paso del tiempo, experiencia y condiciones socio-políticas imperantes. Nuestras líneas sirvan de pequeña colaboración acerca de tanta lectura sobre la antigua Grecia en los tiempos del inicio de la Filosofía y quizá de las sociedades tal como las conocemos hoy.

Consideraciones históricas.

La civilización griega puede rastrear su origen en el hundimiento de las civilizaciones Minoica y Micénica, cuando sobrevino una época de interacción con los Dorios y Jonios, y al mezclarse todas estas culturas conforman una unidad cultural llamada a si mismos helenos.
La geografía condicionó la evolución política, ya que se fueron asentando en pequeñas porciones de tierra, que permitieron moderadas poblaciones. Esta situación de cierto aislamiento que determinó el paisaje se profundizó en las diferencias religiosas (por ejemplo), lo que solo posibilitó alianzas transitorias y poco duraderas.
La expansión dentro del territorio fue en búsqueda de tierras cultivables y gracias al Mar Mediterráneo fundaron las ciudades costeras y dominaron un amplio margen.
Cada polis apreciaba su autonomía, derecho, culto, conservando si una unidad lingüística y tradicional.

La ciudad de Atenas puede situarse como tal, desde los VIII y IX a. C., fechas estimadas en las que se construyó el puerto (Pireo) y se consagró el territorio a la diosa Atenea. Primariamente el gobierno fue ejercido por un rey y luego modificó el sistema hacia el gobierno de u consejo de ancianos, el que elegía a tres magistrados para llevar adelante el gobierno de la ciudad por el período de un año; tras dificultades políticas y económicas fue Solón el “reformador”, quien en 594 a. C., incorpora al consejo de ancianos, una asamblea y un tribunal de justicia (comienza a delinearse la democracia). En la batalla de Maratón (490 a. C.) Atenas resiste la primera invasión persa.
Fue en el año 477 a. C., que se constituye la liga de Delos, para evitar nuevas amenazas exteriores, puso a Atenas como su Capital, allí fue cuando los fondos aportados por los estados miembros de la liga, hicieron de Atenas la poderosa ciudad posterior. Las ciudades entre si contaban con sendos acuerdos económicos.
Y fue con el gobierno de Pericles que la ciudad construye un nuevo Partenón, se fortifica completamente y se reviste del esplendor histórico que todos conocemos, llega Atenas a su clímax y alcanzar la revolución cultural. Proliferando así el esplendor cultural, científico y filosófico. Se consolidan las instituciones y es en este contexto que la educación adquiere un valor social fundamental.

La Isla de Delos. Por su parte, era uno de los lugares mas sagrados de Grecia, cuentan las teogonías que allí nacieron Apolo y Artemisa. Surgió desde el tridente de Poseidón y el mismo Zeus la fijó al mar, para que dejara su condición de flotante. Innumerables festividades se desarrollaron en la isla, y edificios sagrados a los dioses eran erigidos (fundamentalmente en los siglos VII y VI a. C.); con la institución de la Liga o Confederación, la isla fue sede del tesoro.
Ya en el siglo IV a. C., se fue degradando el poder alcanzado (tras las guerras del Peloponeso) y Filipo comienza su tarea de expansión, intentando trasladar el centro de atención hacia Macedonia, la que culminaría Alejandro Magno, años más tarde.
Desde la derrota de Atenas ante Esparta en las guerras mencionadas (404 a.C.), deviene una crisis política y social; por lo que tanto Platón como Aristóteles nacen en el marco del declive del esplendor alcanzado. Por eso sus obras referentes a las actividades del hombre, están impregnadas de cuestiones morales que buscan redireccionar el vivir de la polis, conforme a los valores tradicionales, aquellos que hicieron de Atenas, la capital de mundo antiguo.

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