22.12.09

navideño

El infierno es no darse cuenta.
Es no ver en el otro aquello que nos une.
Es pasar por alto lo bello, lo bueno, es morir sin haber hecho nada relevante – no hablo en términos de grandezas megalómanas, sino de grandezas-cotidianas.

El purgatorio entonces, es el momento exacto en el que nos damos cuenta y des-velamos esta condición mezquina y de muerte por no contemplación.

El paraíso, está aquí mismo en la infinita armonía universal que en su orden perfecto nos asombra y nos contiene.

Descifrar el sumo valor de lo que nos rodea, es un estado de paz.

2 comentarios:

  1. Anónimo22.12.09

    Es verdad, esto me trae una hermosa frase del rock nacional: “la vida es una moneda, quien la rebusca la tiene…”
    Pensemos que de nada sirve rodear nuestra vida con alguna fe sin dar a nuestros compañeros de vida, la facilidad de encontrar la felicidad, seamos protagonistas de hacer cosas en la vida para dejar nuestras huellas en este camino para que nuestra alma permanezca en la memoria de todos.
    Saludos
    Lallana, Luciano

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  2. La imagen de huellas en el camino es algo así como grandezas cotidianas.
    Facilitar la felicidad de otros es ser instrumentos de paz. Viste que muchos creen que fundar la paz o jugarse por ella, es no molestar a otros… eso es basura apática.
    No hacer nada es estar muerto y ver como viven los otros es perverso.
    La vida es acción y superación, caminos.
    Un abrazo compadre.

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