La verdad es un estado de certeza aparente, porque la verdad en si es incognoscible.
Había pensado escribir:
La verdad es aparente, porque la verdad es incognoscible.
Lo que pasa es que esa síntesis perfectamente razonable, hubiera necesitado (probablemente) del uso de comillas (“…”) orientando el sentido de la expresión desde la verdad cotidiana como forma de vivir con las certezas de todo cuanto nos rodea y hacemos (y nos permite existir) – hasta la otra verdad, aquella que es el fin último, la luz infinita, la causa de todo, la que siempre es y nunca cambia.
Aquella que subyace a todo lo existente.
En fin… avateres.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario