Hace
tiempo leía un verso, simple en apariencia, pero que esconde un océano de
conceptos y una elección insegura de parte de su autor y de quienes lo
masticamos posteriormente, decía procedente de la temprana modernidad, cuando
los hombres estaban aún metidos hasta la cintura en el medioevo:
“… porque ese cielo que
todos vemos,
ni es cielo, ni es azul, ¡lástima
grande
que no sea verdad tanta
belleza..!”
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