Con el tiempo aprendí que el prólogo
de un libro también es importante, que un té puede invitar a una charla
creativa y sincera también. En este
momento que tengo olor a ajo en las manos, estoy haciendo una cena gourmet para
compartir con ella y con unas cervezas en el freezer… ah si, mañana cuando
salga el sol buscaremos como cada día, el
santo grial ¡!
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