El 18-A es la ingenuidad de algunos y la
perversidad de otros.
Todo argumento que carezca de consistencia lógica
se desmorona a poco andar. ¿Cómo es posible que una marcha agrupe a tantas
banderías distintas e irreconciliables entre si?
Cuando de chicos estábamos en la escuela
primaria nos pedían que resolvamos un problema, nos pedían que respondamos no solo la situación matemática, sino que la respuesta debìa ser cerrada. Pongamos un ejemplo: Pedro
tiene 40 naranjas, 15 gallinas, 8 alfajores y 1 piedra ¿Cuántas X tiene Pedro?
En este caso (la marcha multi-consignas de
anoche), no podremos responder en forma explayada, pues el resultado será una
sumatoria de objetos (consignas) que no componen una homogeneidad, habrá un
amontonamiento en el mejor de los casos, un amontonamiento al son de la
cacerola.
Los efectos multiplicadores de algunos medios
de comunicación mas la estructura discursiva de las oposiciones - fragmentadas,
desperdigadas - hace que ingenuos y bienintencionados se acoplen a dirigentes, punteros
snobs y defensores de las épocas de facto, tal es el caso de Cecilia Pando,
entregando la buena intención a la puja de poder que se da al interior de otros
(macro)espacios. Los individuos pierden su identidad personal en el espacio
indiferenciado de la masa.
El resultado de esta ensalada, no es claro y
solo es una apariencia de intención, pues aunque todos tengan sus razones y sea lícito el reclamo en
la calle, no los aúna el mismo proyecto, incluso no hay proyectos alternativos
al que están confrontando.
¿Dónde concilian Pino Solanas y Cecilia Pando?
- ¿Los gendarmes y franja morada? ¿la señora de la esquina y Macri? – Tal vez
concilien en el caos, pero en el caos no se puede construir poder, ni mucho
menos una propuesta de gobierno, es un edificio levantado sobre la arena, sobre
el sin-cimientos.
Siempre repito, no soy un K-dogmático pero
tampoco tan improvisado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario