Sábato no es precisamente un escritor optimista,
sin embargo sobre el final de “Hombres y
engranajes” dice algo así- no textual -, que a pesar de todo el horror
acumulado en los siglos de la historia, e incluso de nuestros días, un niño es
ajeno a todo ello y su esperanza es genuina. Ellos crean caminos y belleza.
Me vino esa expresión a la cabeza entre tantos
grises del asfalto y el invierno.
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