Afuera se escuchaban sirenas … ¿y que tiene de raro?
Hoy (pensó el tipo), es un buen día para vestir de negro. Había soñado toda
la corta noche con una puerta lejana y entreabierta que disparaba una blanca
luz – inalcanzable, puesto que lo separaba
de ella, un espiral de eternas escaleras, las que por mucho que ande no podía atravesar.
Esa es una pelotudez recurrente de psicólogos y falsos lectores. Se burló
entre dientes de todos aquellos que habían despreciado sus textos, esos mismos
que reclaman el regreso de “bailando por un hueso”. Luego de un desayuno de cafeína
pensó con la mordaz ironía de siempre: que prefería morir pobre y crítico, antes
que cómodo y embrutecido por la tv y los predicadores miserables. Mmm si, a la
mierda.
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