7.3.13


En los párrafos iniciales de Espejos, < Eduardo Galeano > hace una versión libre de la alegoría del Génesis y de los mythos fundacionales, pienso en que es una opción bella y “ecuménica”. Comparto un párrafo.

Sobre la diferenciación y el encuentro dice: “La vida, sin nombre, sin memoria, estaba sola. Tenía manos y no tenía a quien tocar. Tenía boca pero no tenía con quien hablar. La vida era una, y siendo una era ninguna.
Entonces el deseo disparó su arco. Y la flecha del deseo partió la vida al medio, y la vida fue dos.
Los dos se encontraron y se rieron. Les daba risa verse, y tocarse también”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario