Es elocuente la expresión “amor platónico” a la hora de referenciar que siempre, hay por lo menos dos niveles de comprensión de un mismo saber: uno vulgar y el otro el correcto.
Sin embargo es en este doble juego donde se desarrolla la existencia humana (y su relación con las palabras), usando como axioma aquello de que es el lenguaje el que posibilita la trama de relaciones entre los hombres.
A simple vista o a pesar de los académicos, parece ser menos perjudicial el uso corriente (vulgar o cotidiano), que aún siendo incorrecto, engendra prácticas y discursos que también son genuinas y hasta gozan de mayor legitimidad.
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