¿Y cuantas frustraciones mas, hacen falta para despertar la inspiración?
La vocación nace del amor que es en esencia deseo y este, es en esencia carencia.
Pero no una carencia pasiva que aturde o aquieta, al contrario el deseo moviliza, nos proyecta hacia otro lado.
En esta perspectiva se busca el objeto del deseo, sin prejuicios ni mediastintas, nos invita a una desnudez y no solo física, sino total.
Entonces desear es producir.
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El Amor es en esencia una fuerza de unión despojada de egocentrismo y el amor siempre se trata de manifestar como esa fuerza universal y consciente que nos lleva a realizar nuestros propósitos...y allí está el deseo que nos moviliza para producir...
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