26.6.10

Infelices los originales.

La pequeñez del gigante, está compuesta por su incongruencia con el entorno.

Mientras tanto, en algún lugar remoto, una pluma fue la desencadenante de la feroz batalla, entre aquellos dos ermitaños (que anhelaban reír a carcajadas).

El pirata (había quedado ciego de su único ojo) jamás podría desenterrar el tesoro de la isla. Lloró amargamente.

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