3.6.10

Del día despues

Bebía café diariamente con su enemigo, uno hablaba de Edgar A. Poe y el otro de presuntas nociones helénicas.
Se frecuentaban desde siempre (desde el momento mismo de nacer), fueron juntados por una extraña conjunción de planetas. Pero se reconocieron en el amanecer del ocaso.

1 comentario:

  1. Me sucede seguido, con mis mejores enemigas. (Malena y Helen). Siempre esta bueno reconocerse en el amanecer del ocaso =). Saludos Valen!

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