Pensar críticamente, es decir en
libertad implica estar predispuesto al cambio, a la aceptación de lo diferente.
Esto no es otra cosa que asumir la
condición de inacabamiento o la inconclusión del ser humano. Debemos decir que
es lo propio de la experiencia vital, lo vivo es inacabado por el carácter dinámico de la existencia.
Existencia que se desarrolla en un soporte
que es la espacialidad, su territorio.
Esta
condición de la existencia en un entorno se diferencia de los animales por la
cultura, por la capacidad de conceptualizar, en otras palabras por el lenguaje;
y es por el lenguaje que se puede espiritualizar el mundo, embellecerlo o
afearlo y por eso los hombres se definen como seres éticos, que crean el mundo
con su acción sobre el mundo.
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