Lo bueno de no tener una línea definida como
rectora y a modo de dogma (que imprime circularidad y redundancia en el
pensamiento) es que uno asume la cultura desde los mismos principios que se
asume la aventura: rigen el pensamiento de los trotamundos, la capacidad de
asombro y la necesidad de búsqueda.
Porque es en el camino donde emergen las
contradicciones, los encuentros, los acuerdos y la toma de decisiones sobre la
misma marcha, a merced de vientos e incluso tempestades. Cuando sale nuevamente
el sol, siente el viajero haber crecido un poco mas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario