26.7.12


Dice <Esther Díaz> en un artículo por ahí, respecto de las escandalosas recepciones del arte de <León Ferrari>, que cabría preguntarse donde se ubican con su discurso moralizante ante los flagelos de las sociedades actuales – hambre, muerte, abandono, guerras – aquellos que se pronuncian fervientemente en contra; es que solo es un discurso con pretensiones disciplinarias (“casi siempre el horror de los pacatos tiene que ver con las representaciones sexuales”), pero vacíos de compromiso genuino con el otro. Dice la autora que citamos, “como si el arte tuviera la misión de ser edificante”.

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