La historia requiere selección y diferenciación, interpreta el pasado y lo traduce en lenguaje humano; recompone, restituye secuencias de acontecimientos resultantes unos de otros.
No se trata de comprender la totalidad de los hechos, sino de estar en condiciones de establecer ciertas relaciones y articulaciones, diferenciar los relatos, entender los contextos, es decir ver la historia en sentido cualitativo. Las acciones.
Aquí emerge una pregunta, ¿donde se encuentran los límites de cronología exacta de los hechos y nuestra visión parcializada?
¿Acaso la historia es un proceso lógico?
En principio, la respuesta más plausible parece ser: no. Salvo que adhieras a cierta venerable tradición (de Respetable y Milenaria Historia) que interpreta ambas palabras de tal modo que la respuesta sea siempre: sí. Pero en ese caso ya no se vale preguntar '¿por qué?', ni '¿para quién?' ni '¿a quién carajo le importa?'... Se supone que si no entendiste eso es porque sos demasiado ignorante, corrupto o perverso como para entender la pregunta; ya no te hablan, y te empiezan a mirar como lo que seguramente sos: un tarado más o menos "destituyente", "reaccionario" o "dogmático". En resumen, depende de quién te dirija la tesis.
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