Hace unos años regresaba de Córdoba y en una
mesa de saldos literarios (que ironía de expresión), encontré una edición de
tapa blanda de “Entrevista con el vampiro” de Anne Rice. Cerca del final dice
una expresión cualquiera:
“El vampiro se quedó mirándolo y su piel blanca
adquirió un suave rojo luminoso”.
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