Hemos observado que
Russell, no visualiza la cuestión social,
sino que su pensamiento esta teñido de una ética pragmática, de corte (evidentemente)
liberal.
Trabaja el tema de
la conducta humana, como si las sospechas a la cultura que en el siglo XIX hicieran
Marx, Freud y Nietzsche no hubieran existido, prescinde de sus argumentos de la
lucha de clases y de los malestares de la cultura por alienación.
La sociedad se
construye desde la sumatoria de individualidades y como hemos dicho se inscribe
en una línea de pensamiento pre-marxista, no por anterioridad cronológica, sino
por situarse por fuera de tal esquema de pensamiento (y propio de su condición
de noble ingles, su tendencia es decididamente contraria, y ataca a Marx
recurrentemente, sobre todo en lo que respecta al pensamiento económico).
Parte de un
individuo trans-histórico, es decir un sujeto con independencia, respecto del contexto
en el que desarrolla su existencia, de ahí que se lo suela incluir en una línea
de pensamiento biologicista y su modelo de hombre será el ciudadano ingles de
su tiempo.
Para Russell el
valor supremo del hombre es la libertad y la acción (política) individual y
colectiva van a emerger de la educación que cada hombre reciba, ya que
considera que la educación, es más que la mera instrucción del individuo, debe
vincularlo además con la moderación de las pasiones y el gusto por la
reflexión.
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