23.12.10

Y seré jinete de un cometa..!

1 comentario:

  1. Sin embargo la aventura se vive en la permanente sensación de “ir hacia…”, que lejos de ropajes místicos, se puede asumir como una praxis de fuga, en la que cargar una mochila es la experiencia que nos lanza hacia lo desconocido, pero absolutamente cognoscible.
    Y en la ruta o en cada parada, las caricias, las audiencias y los días sombrero en pelo nos constituyen como peregrinos.
    Es el hecho de estar siendo en permanente re-configuración.

    Si hasta se huelen los caminos y me cubren las estrellas.

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