Sin embargo la aventura se vive en la permanente sensación de “ir hacia…”, que lejos de ropajes místicos, se puede asumir como una praxis de fuga, en la que cargar una mochila es la experiencia que nos lanza hacia lo desconocido, pero absolutamente cognoscible. Y en la ruta o en cada parada, las caricias, las audiencias y los días sombrero en pelo nos constituyen como peregrinos. Es el hecho de estar siendo en permanente re-configuración.
Si hasta se huelen los caminos y me cubren las estrellas.
A mi no me pregunten que leer o que música escuchar. Cada uno es el producto (parcial y en permanente actualización) de su propia historia. Yo no recomiendo. Buscar en bibliotecas y librerías, es un pasatiempo interesante. Es una inquietante y re-descubridora actividad que motiva el espíritu y abre de manera continua, la posibilidad de preguntas-respuestas-preguntas.
A la fecha de hoy, mucho tiempo de escribir este comentario he cambiado de opinión: es necesario recomendar.-
Sin embargo la aventura se vive en la permanente sensación de “ir hacia…”, que lejos de ropajes místicos, se puede asumir como una praxis de fuga, en la que cargar una mochila es la experiencia que nos lanza hacia lo desconocido, pero absolutamente cognoscible.
ResponderEliminarY en la ruta o en cada parada, las caricias, las audiencias y los días sombrero en pelo nos constituyen como peregrinos.
Es el hecho de estar siendo en permanente re-configuración.
Si hasta se huelen los caminos y me cubren las estrellas.