Recuerdo un cuento de Lovecraft, trataba de la
ambición optimista de un par de científicos que los llevó a experimentar con cadáveres
y querer volverlos a la vida.
Este espíritu de conquista irrestricta excede el
campo literario e incluso a la misma ciencia, el hombre en su afán por no
reconocer las barreras de la finitud.
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