16.11.12

Nihilismo.


Comienza Franco Volpi (un texto pedagógico sobre el nihilismo, donde reconstruye la ruta del término – Nihil de latín: nada) diciendo que si el pensamiento es hijo del tiempo en que emerge, eso no implica que el pensamiento sea esclavo de su tiempo, citando a Hegel.
Los acontecimientos que siguieron a la teoría Hegeliana instalan en el pensar, una fragmentación tal que hace imposible establecer discursos que se pretendan universales, en este sentido se suma el dominio de una tecnociencia  irreflexiva. Van a decir pensadores como Nietzsche, Dostoievski y Heidegger que el fenómeno del nihilismo será el estado definitorio de occidente. El capítulo primero parte de una expresión no solo pesimista sino a modo de sentencia: “el hombre contemporáneo se encuentra en una situación de incertidumbre y precariedad”, donde la superficie de los valores tradicionales está en ruinas.
A este estado de vacío lo explica el fenómeno del nihilismo, pero ¿qué es? – comienza a discutirse en la segunda mitad del siglo XIX y se desarrolla ampliamente durante el siglo XX, es la expresión de tentativas artísticas, literarias y filosóficas dirigidas a experimentar la potencia de lo negativo y a vivir sus consecuencias. Va a decir Nietzsche que es el tiempo donde los valores supremos se desvalorizan, es el tiempo donde se pierde el sentido y la orientación, las referencias tradicionales caen en desuso. Es un tiempo en que la nada se impone con presencia propia, en pleno desarraigo metafísico moderno.
“Como una sombra insuprimible la nada ha acompañado y fatigado la reflexión filosófica”, pero en nuestro siglo, este pensar la nada hace referencia a un tipo de hombre y su actitud teórico-práctica frente a la realidad que se impone mecánicamente, desde la esfera del mercado, la publicidad y la guerra. Es una ruptura anclada en el desencanto.
Tras la expresión de que con los tiempos de la modernidad, Dios ha muerto, se esconde en el hombre una libertad desesperada dice Volpi, ya que la trascendencia pierde su fuerza vinculante, el hombre queda abandonado a sí mismo. Entonces esta libertad que es desesperada, infunde mas angustia que plenitud.
Con Nietzsche el fenómeno es abordado de manera radical, hasta lo que se considera sus verdaderas raíces: el platonismo y el cristianismo.
Fue decisiva la lectura que hizo cuando joven de la obra de Schopenhauer, sobre todo la obra “El mundo como voluntad y representación”, donde concibe este pesimismo como pasividad y debilitamiento del espíritu, definiendo la existencia del hombre como: una nada consciente de sí. Es de este abrevadero donde va a nutrirse Nietzsche.
Nos parece importante explicar la famosa expresión sobre la muerte de Dios, desde su origen el pensamiento de Schopenhauer y de Mainlander: el origen del mundo (nos cuentan) es un acto voluntario de Dios, es el resultado de una acción de la trascendencia que nos es incognoscible, y el mundo tiene su origen en el acto en que Dios deja de ser el super-ser que está mas allá del mundo y del ser, para disolverse en la inmanencia, esto es en el no-ser.
Es allí entonces, en una filosofía de la historia sometida a la leyes del dolor, de la máxima virginidad y en el recomiendo del suicidio como rendición de la existencia y total negación de la voluntad, es allí desde donde parte el pensamiento Nietzscheano, sin olvidar sus lecturas de Dostoievski (con quien sintió un instinto de afinidad, según él mismo lo dice, no obstante haberlo conocido tarde).
Serán centrales en el devenir de occidente, sus tesis sobre la decadencia. 

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