Uno a veces se levanta con la necesidad de leer
páginas literarias sombrías, apocalípticas, laberínticas… esa literatura que
derrama sangre, suspenso y un poco de futurismo incierto. Con personajes
macabros de pasados funestos, de historias de amor truncas, de venganzas medievales.
De curas posesos, de batallas épicas-perdidas.
Como quien hojea un diario íntimo.
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