En el gesto de descolgar los cuadros de los presidentes
de facto y genocidas, veo la misma convicción soberana que tuvo Cristina, al
dejar la fragata en puerto extranjero y traer con vida a todos los marinos que
la tripulaban. Los sectores más reaccionarios del país y los sectores mas
influenciables ven allí: persecución y hostigamiento.
Pues no, desde una perspectiva crítica
lo que se ve es la toma de una decisión político-militar, férrea y en pos de la libertad. Es la decisión
de un presidente constitucional, ejerciendo su facultad de Comandante en Jefe
de las Fuerzas Armadas.
Y sabemos “señores” que las
decisiones militares no se discuten, se cumplen porque el espíritu de la vida
militar, reside en el respeto de la cadena de mandos, potestad que ejerce y
detenta el presidente de la nación. Bien lo dijo la presidenta: “… se podrán
quedar con la fragata, pero con la libertad, la soberanía y la dignidad de este
país no se va a quedar ningún fondo buitre, ni nadie…”
Sin ser dogmáticamente K, aplaudo
de pie ambas decisiones.
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