Cuando leí Drácula, pensé en el pensamiento y sus infinitas posibilidades de libertad y emancipación.
Cartas oscuras desde el fondo de las esclavitudes o libertades, mas allá del tiempo y el espacio.
Hay una enorme variación de sentido, cuando lo que se piensa se hace sin los prejuicios de los tiempos a los que se pertenece.
Es decir: hay un mundo posible más allá de los estereotipos establecidos por quienes forjan las instituciones de control y normalización.
Hay una metafísica en el pensamiento que permite un real camino de apertura.
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