Sobre el final de la célebre novela, Robinson Crusoe debe otra vez lidiar con el destino (funesto) que lo obliga a reponerse (digo, con posterioridad a la salida de la isla), aquí el hombre construye a cada paso su futuro, revirtiendo lo dado, logra la emancipación de sus cárceles y carceleros.
Entonces, como en el gran problema del (alto) medioevo la tensión se da entre el aparente destino marcado y la libertad de crear ese camino individual.
En mi esquema personal, la obra es una superación de las contradicciones existenciales. Además donde el conocimiento no es solo contemplación o mero enciclopedismo, hay una técnica aplicada (y sobre todo hay ingenio – ese sentido común indispensable y que supera ampliamente a cualquier técnica. Y lo que predomina es la preservación, hablamos del personaje y no de sus analogías ideadas por el autor, los lectores y los “expertos intérpretes” – todas categorías diferentes – donde la aventura es una cuestión casi inexplicable, reservada solo a espíritus libres.
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Hola, bello blog,preciosas entradas,si te gusta la comunión entre palabras, la poesía,te invito al mio,será un placer,es,
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gracias, buen viernes, besos múltiples...