23.11.10

Acerca del poder, genesis e implicancias.

"Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros".

Es una condición natural en el hombre y por ende en el desarrollo de las sociedades, la lucha por el poder. Hemos visto, que no podemos hablar de historia en forma lineal y menos aún en filosofía, pero si podemos, pensar el curso de la historia y la evolución de las ideas como un proceso que necesariamente se funda en un tiempo histórico y que se encadena a hechos.

Así como cada tiempo histórico, cada suceso es parte de un proceso, donde habrá además intelectuales que lo piensen, lo interpelen o lo profeticen.
Pensar los asuntos del poder y el entramado social desde Rebelión en la granja, puede ser un punto de partida hacia nuevos horizontes de reflexión y a la vez un buen cuento para finalizar un recorrido por las pasiones del hombre y su constitución como individuo socialmente determinado, aunque no hablamos de un determinismo en sentido estricto (teleológico) pero si de un tiempo y forma social que lo modela.

¿Qué clase de hombres crean la historia?
¿Cómo se construyen las clases sociales?
¿Hacia donde se orienta el instinto primario de supervivencia (que crea modos)?
¿Es una operación comercial el cese de la lucha en pos de mantener la vida?


"Todos los animales son iguales, pero algunos animales son más iguales que otros".

Cuando se hace patente el sentido de la experiencia colectiva, sin eufemismos y dentro de un modo de producción gestado en el poder y para el poder.
Como ya hemos mencionado, hemos de tomar “Rebelión en la granja” como texto de reflexión, sabiendo que es utilizado aún a tempranas edades escolares y en sendos cursos universitarios, buscamos guiar nuestro pensamiento en el camino que nos presenta el autor y su crítica a los esquemas de gobiernos y su mas cruda realidad.

7 comentarios:

  1. Capítulo I – la fábula inicia con una sensación de armonía e igualdad entre os animales, el hombre que como se refleja en toda la literatura de entre guerras es representado borracho, habiendo perdido así sus lineamientos morales y la racionalidad.
    A la noche tarde (cuando el hombre se fuera a dormir), fueron convocados al granero todos los animales de la granja por un viejo respetado, que les transmitiría un sueño que había tenido (el cerdo blanco premiado de nombre Major), cada uno representa a un aspecto y roles que los humanos, tomamos dentro del esquema social.
    La sesión se abre con el término Camaradas y cerdo los exhorta a despertar de la vida esclava que todos llevan a causa de otra clase (en este caso la humana, pero que sabemos ya, el autor utiliza para simbolizar las clases dominantes del modelo occidental – industrial, capitalista del siglo XIX y comienzos del XX), donde ningún animal conoce el sentido de las palabras felicidad u ocio y son esclavos desde que nacen hasta que mueren de un sistema que los explota y luego mata cruelmente, les pregunta si es esa la naturaleza de la vida, los motiva a alejarse de esta vida miserable. Se pone de manifiesto que la sociedad vigente es dura, mercantilista, opresiva para las clases trabajadoras y que sin la reacción de estos actores reales (puesto que son quienes trabajan la tierra y la hacen producir, lo mismo que a la industria), entonces sin esa reacción, no habrá cambio social posible.

    Es claro que la tiranía surge de las clases dominantes. El mensaje es específicamente el de la revolución en busca de la prosperidad de las clases subalternas.
    Las máximas que se exponen como propias de los ideales revolucionarios son claras alusiones al manifiesto comunista de Marx (1848) – finalizan la asamblea cantando un himno antiguo y emancipador: “Bestias de Inglaterra”.

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  2. Capítulo II – habiendo muerto el cerdo Major, comienza una gran actividad secreta de los animales, dos cerdos menores (Snowball y Napoleón) ocupan el lugar de conductores de los demás, todos habían convenido que eran los mas inteligentes (persuasivos y de discurso fértil). Habían elaborado un sistema de pensamiento a partir de lo aprendido del viejo Major (el Animalismo). La resistencia social (natural) al cambio radical, se hizo sentir y tuvieron grandes dificultades (los conductores líderes) para demostrar el valor de la libertad. El cuervo (favorito del señor Jones propietario de la finca) es el sinónimo de la casta sacerdotal y funcional a los enemigos de la revolución, su nombre Moses dice la literatura relacionada, es una alusión a Moisés (patriarca Bíblico), quien siendo hábil orador también prometía una salvación trascendente y de necesaria obediencia, en un lugar “mas allá de las nubes”.
    Producto del hambre y de la falta de perspectivas, se da la rebelión tan esperada, casi espontáneamente – súbitamente.
    Luego de los festejos, de la perplejidad, de retomar el orden natural – es decir el de la libertad animal, los cerdos vuelven a pedir una reunión y pintan sobre el granero los 7 mandamientos del Animalismo, para ser siempre tenidos en cuenta. Los cerdos tomando el control (intelectual y político de la situación) organizan la agenda, la cosecha y las raciones de alimentos. Perfilando así el nuevo orden que reinaría en la granja.

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  3. Capítulo III - (“…los cerdos no trabajaron, pero dirigieron y supervisaron a los otros”).
    El clima que se respiraba era de prosperidad y alegría como nunca antes. Ahora la comida, les era propia, producida para ellos y por ellos.
    La estructura social crecía en la granja animal, al ritmo de las nuevas necesidades y de esta manera la complejidad traía sutilezas no previstas de antemano y con ellas incipientes conflictos de relaciones (que serían luego relaciones de poder, relaciones de sectores, relaciones estratégicas).
    Fue claro en la granja y en el esquema de cuadros y relaciones que a medida que el sistema se volviera mas complejo, las relaciones personales y de clase, se volvían mas dispares, profundizando las distancias (aparentemente inexistentes).
    Todo el sistema teórico se volvió para los animales inferiores incomprensible y fue resumido en: “cuatro patas bueno, dos patas malo”. Mientras esto sucedía con las clases mas bajas (por torpes, por la naturaleza del trabajo que realizaban, por la capacidad intelectual) lo contrario sucedía con los cerdos que sacaban provecho no solo del alimento (que ya no se distribuía en forma igualitaria), sino además de las comodidades (ellos trabajaban con el cerebro y necesitaban otras cosas, distintas a las de las clases subalternas, pero todo esto hábilmente explicado por los oradores, amedrentando las inquietudes con el fantasma del Sr. Jones – que regresaría a la granja y al control de la situación).

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  4. Capitulo IV – la voz animal corría por las granjas vecinas y la sensación de cierto temor corría sobre los propietarios. Los azotes de los propietarios de otras granjas sobre animales que cantarán el himno del Animalismo (Bestias de Inglaterra), no podían reprimir el fortalecimiento de la idea.
    Producto de este ánimo de incertidumbre el Señor Jones encontró el apoyo de vecinos (no por solidaridad, sino por una cuestión de supervivencia) y fueron decididos a recuperar la granja perdida, infructuosamente y el cerdo líder dijo a un caballo dolido por haber matado a un hombre que: “la guerra es la guerra y el único ser humano bueno es el que está muerto”. Ese el clima que imperaría, la hostilidad se fue ganando el seno de la granja animal. Toda la política interna comenzaría a endurecerse en pos de los ideales del Animalismo.

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  5. Capitulo V – en este capítulo el autor nos introduce en el olvido a los traidores de los ideales revolucionarios, enfatizando el clima que se seguía gestando en la granja y “sus alrededores”.
    La conducción de los cerdos se vio quebrada por dos líneas distintas de hacer política: una claramente intelectualista que prefería el progreso técnico y otras de corte mas estratégico con tendencia a la persuasión y formación de cuadros. El tema militar fue también de clara división, la defensa y el acopio de armamentos. La disputa se quiebra para el lado de la violencia interna (simbólica y física surtida por los perros que la facción de Napoleón), fueron abolidas las reuniones de camaradería y las asambleas, se instituyeron comités de conducción y sistemas de control. Quien pensara distinto sería un criminal y los eufemismos serían nuevamente el arma de explicación de la “nueva situación”: donde la lealtad y la obediencia son los valores esenciales.

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  6. Capitulo VI – “Durante todo ese año, los animales trabajaron como esclavos”, aún así lo hacían con esmero y convencidos de que era por su propio bien y el de todos los animales. Trabajaron mucho mas tiempo y se endurecieron las ordenes impartidas por el comité organizador, las raciones de comida comenzaron a escasear y el invierno siguiente fue muy duro. La construcción del molino fue más dificultosa de lo que se esperaba (debido a la precaria tecnificación de la granja). Poco a poco fueron necesitando del intercambio con granjas vecinas, producto del aislamiento “político-cultural” en que se vivía en la granja faltaban muchos elementos (sobre todo las manufacturas), decidieron los cerdos que se harían intercambios, ajustando las raciones de cosecha del alimento y los huevos, que ahora se venderían. Todo volvía a ponerse mas o menos en los modos que cuando la granja era gobernada por los humanos. Solo que disfrazada de una ideología distinta en discurso. Los primeros ideales de igualdad animal, fueron olvidados a la fuerza de las nuevas circunstancias. La Asamblea poco a poco se había transformado en una monarquía. Los siete mandamientos que habían constituido la base de la rebelión habían sido modificados lentamente.

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  7. Capitulo VII – VIII y IX: la situación el los tiempos siguientes empeoró y hubo que echar mano a hábiles mentiras para mantener la imagen alta de la granja animal, con el afuera. Con la mirada del otro. El humano, el vecino, el rival en todo caso.
    Napoleón (quien a este tiempo ya era un rey en tiempos de crisis) se volvió tirano al extremo, anunciando incluso la pena de muerte, cosa expresamente prohibida en el espíritu los mandamientos de la rebelión animal. Por entonces rotundamente olvidada.
    La culpa de todos los males se buscaba en pretextos, apariencias e inventos. Sobre todo acerca de la acción perversa de agentes de afuera. Provocando aún mas aislamiento de los animales comunes con el exterior. Los animales “camaradas”, comenzaron a sentir la persecución política y la sospecha de manera constante. La moral de las clases subalternas estaba por el piso y el recuerdo de las promesas de prosperidad los hería de muerte; pues esto era peor aún que bajo el dominio de los humanos. Ahora, la clase dominante había salido desde sus entrañas.

    La tiranía era despótica y se ensalzaba a si misma, con méritos inexistentes pero convenientes, la moral en franca decadencia de los animales, era ya peor que en los tiempos previos a la revolución.
    Las batallas y los pactos se sucedieron, la situación interna era caótica, pero el poder seguía enquistado hábilmente y la clase trabajadora era cada vez mas menoscabada.
    Avanzada la crisis social, reaparece la figura del predicador que ofrece la salvación en otro lugar, distinto trascendente donde hay felicidad y abundancia.
    Muere Boxer (lo que podría ser el último líder popular, un orgullo silencioso propio de los obreros). Utilizan la muerte de los justos para sus propios beneficios y ya nadie puede recordar cabalmente ni los tiempos de la rebelión, menos el espíritu de la misma.

    Capitulo X – la granja retoma su nombre original, los cerdos caminan en dos patas, beben alcohol, pactan con los hombres, ya no se distinguen unos de otros, queda abolida toda idea de rebelión y los animales regresan a sus tareas mansamente (diezmados).

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