Encuentro otra vuelta a una idea que ando masticando.
En una mirada clásica (normal, cotidiana) algo, un objeto (cosa) es y se define por aquello que hace. Y así el sujeto marca una distancia.
Pero al dar vuelta esta mirada (apresurada, pobre), veremos al sujeto como parte integrante del contexto del objeto y viceversa, esto nos permite ver la realidad en planos, niveles de integración, donde cada uno posee peso específico (ontológico) – la realidad jerarquizada.
Aquí la realidad está compuesta por entes, relaciones y contextos que operan entre si, en una trama de ligaduras (funcionales) y cada salto de un nivel a otro (en la jerarquía), está dado por la articulación de acciones.
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