En ella vemos una alegoría de la creación amable y armónica, con enormes contenidos filosóficos. El “Océano Primordial” (Nun) es el Dios Creador de todas las cosas, quien surge por si mismo, de si mismo, donde se contiene indiferenciado. Es según los textos de los templos y tumbas “el gran él y ella”, “el que se creó a si mismo”. Él es la creación, es la infinitud absoluta. Él se hace creación y de su unión con Ra (que es el primer lugar – el sol) surge la fecundidad que dará origen a la primera pareja y a la progresiva multiplicación.
En Egipto el ser es el orden cósmico y la armonía universal, mientras que el no-ser es la posibilidad de un caos y desorden de este esquema. En la tierra estaba representado (el ser) en la figura del Faraón. El orden se defiende radicalmente – absolutamente, porque representa el ser. De ahí la prolijidad serena y meticulosa del legado egipcio.
A mi no me pregunten que leer o que música escuchar. Cada uno es el producto (parcial y en permanente actualización) de su propia historia. Yo no recomiendo. Buscar en bibliotecas y librerías, es un pasatiempo interesante. Es una inquietante y re-descubridora actividad que motiva el espíritu y abre de manera continua, la posibilidad de preguntas-respuestas-preguntas.
A la fecha de hoy, mucho tiempo de escribir este comentario he cambiado de opinión: es necesario recomendar.-
En ella vemos una alegoría de la creación amable y armónica, con enormes contenidos filosóficos.
ResponderEliminarEl “Océano Primordial” (Nun) es el Dios Creador de todas las cosas, quien surge por si mismo, de si mismo, donde se contiene indiferenciado.
Es según los textos de los templos y tumbas “el gran él y ella”, “el que se creó a si mismo”.
Él es la creación, es la infinitud absoluta. Él se hace creación y de su unión con Ra (que es el primer lugar – el sol) surge la fecundidad que dará origen a la primera pareja y a la progresiva multiplicación.
En Egipto el ser es el orden cósmico y la armonía universal, mientras que el no-ser es la posibilidad de un caos y desorden de este esquema.
En la tierra estaba representado (el ser) en la figura del Faraón. El orden se defiende radicalmente – absolutamente, porque representa el ser.
De ahí la prolijidad serena y meticulosa del legado egipcio.