Proviene del verbo griego “hermeneutikos” – interpretación, esclarecer. Significa llevar a la comprensión algo. A Hermes, hijo de Zeus – mensajero de los dioses, los griegos le atribuían el lenguaje y la escritura. Entre otras cosas, era patrono del entendimiento y de la comunicación.
Es la hermenéutica, el arte de traducir, interpretar, explicar los textos para determinar el significado exacto de las palabras, mediante las cuales se ha expresado un pensamiento, que como dice Aristóteles en Peri Hermenéias: “… las palabras no existen en la naturaleza, y solo valen cuando se convierten en un signo…”
Originalmente fue la explicación de una sentencia oscura y enigmática del Oráculo (en Delfos, la Pitonisa anunciaba enigmáticas sentencias, ambiguas y los sacerdotes que mantenían el monopolio cultural y por tanto también de poder - en el templo -, interpretaban las sentencias, de manera que no desagradaran al visitante - cliente), uno podía entender una cosa o justo lo contrario.
Posteriormente, fue la interpretación de los textos, en el sentido correcto de las palabras y giros lingüísticos, signos y la significación que utiliza el autor. Comienza a ser utilizado principalmente por la teología cristiana.
La necesidad de una disciplina hermenéutica está dada por la complejidad del lenguaje que con reiterada frecuencia conduce al error, respecto del significado de un texto, es tortuoso el recorrido que existe entre el pensamiento del autor expresado en un texto, y la interpretación del lector.
Los estudios hermenéuticos se aplicaron principalmente en la interpretación de las sagradas escrituras, reveladas por Dios y compuestas por los hombres. Sigue la regla de la justa interpretación; es decir, la fiel transmisión del legado de los Apóstoles, comunicación doctrinal – de acuerdo a un criterio unitario -, luego de la tarea constructora de los Padres de la Iglesia, tarea pasada a la capitulación y re-capitulación de los Escolastas (Edad Media).
Spinoza por su parte, escribió el Tratado Teológico Político – 1670 -, para defender la idea de una Holanda republicana, y discute con fuertes argumentos interpretativos – esclarece – las Sagradas Escrituras y su influencia en la tradición. Intenta llegar a una religión valedera, es decir sin pastores que se adueñen de la conciencia individual y social.
Durante el Romanticismo, la hermenéutica se abrió a todo tipo de textos, buscando el espíritu, su esencia. Se postula la correcta interpretación, relacionada con el contexto del autor, podemos decir que es trasladarse y ponerse en el lugar del autor.
Es un saber práctico, referido a la buena interpretación. Según los expertos, se define como la “reconstrucción histórica, adivinatoria, objetiva y subjetiva de un discurso dado”.
Posteriormente surge una mirada histórica, donde se define que toda expresión del hombre y no solo los textos escritos, tienen que ser comprendidos dentro de un contexto histórico. Comprender es la aprehensión por medio de todos los sentidos, del significado de las expresiones del hombre.
Hasta aquí, hemos hablado de la hermenéutica en un sentido tradicional, pero por Paúl Ricoeur; afirma que el discurso una vez emitido, es desarraigado del autor, cobra distancia del autor-emisor y el problema de la interpretación, se traslada al receptor; hay una “apropiación del texto” y con ella una reelaboración.
Posteriormente la intención filosófica de Gadamer, consiste en describir con exactitud lo que ocurre con nosotros, por encima de nuestro querer y hacer cuando nos enfrentemos con el pasado; define a la comprensión como universal, donde conocimiento humano está en un constante proceso de formación e interpretación.
20.5.10
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