No recuerdo la fecha cierta, era muy pequeño –
28 de enero de 1986, me sopla Wikipedia – estaba viendo con el entusiasmo de un
niño, el despegue del < transbordador espacial Challenger >.
De repente, pasado apenas un minuto, se
desintegra en el aire y no se por qué, jamás olvidé tremenda paliza al
optimismo de conquista.
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