Tal cosa como: la cultura[1] es un término sujeto a debate constante y al igual que otros similares, de pretensiones universales, representan una noción más bien inacabada por el hecho de no referir unívocamente a una sola definición.
Personalmente y habiendo recorrido el itinerario crítico que hacen de ella (de la modernidad en general) Freud, Marx y fundamentalmente Nietzsche coincido con ellos en poner en jaque, no solo el concepto de cultura, sino además desmantelar la ficción en que se ha desarrollado la trama social, es lícito realizar la critica que deconstruya los supuestos dados ahí y establecer una propia interpretación, a la luz de un pensamiento autónomo. Volveremos sobre este punto, pero nos obligamos a congeniar con el sistema, donde una red de instituciones se tejen para dar forma a la estructura en que nos movemos y habiendo olvidado utopías ingenuas, es preferible ya no ir contra todo, sino mas bien aportar para mejorarlo. Quizá ese sea uno de los desafíos de la filosofía contemporánea y de las prácticas docentes en general, eso de cambiar desde adentro.
[1] La Unesco , en 1982, declaró:
...que la cultura da al hombre la capacidad de reflexionar sobre sí mismo. Es ella la que hace de nosotros seres específicamente humanos, racionales, críticos y éticamente comprometidos. A través de ella discernimos los valores y efectuamos opciones. A través de ella el hombre se expresa, toma conciencia de sí mismo, se reconoce como un proyecto inacabado, pone en cuestión sus propias realizaciones, busca incansablemente nuevas significaciones, y crea obras que lo trascienden.
(UNESCO, 1982: Declaración de México)
A decir de Rubén Bayardo y ante todo: la cultura es una construcción que da forma y define el orden social, es su antesala (constitutiva), queremos decir: que determinada sociedad, sus modos, sus usos y costumbres, todo es: según una cultura determinada y los procesos que de ella derivan.
ResponderEliminarCuando decimos todo de manera casi irresponsable, estamos hablando de la totalidad de sus elementos: desde la constitución de subjetividades escalando hasta la forma de interpretar la política y el mercado. La cultura atraviesa toda la trama de lo real, es un discurso dominante que legitima status. La cultura disciplina, alinea y en todo caso también aliena, ya que primero se comienza por los cuerpos para luego volver dóciles las ideas. Sobre esta noción de cultura es la que los filósofos mencionados han disparado, sobre una cultura que reproduce sujetos pasivos, ciudadanos en el sentido de hombres invisibles.
Esta así, es una cultura funcional a legitimar el adormecimiento de las pasiones, de los espacios creativos en pos de una lógica mercantil de sujetos normales, predecibles.