Es decir no puede haber historia de los hechos tal como han sucedido: sino interpretaciones. La historia no se ordena a si misma mediante leyes internas, sino que es el hombre en su afán de respuestas el que selecciona e interpreta los hechos. El camino para esta actividad es el desarrollo institucional, que forma ciudadanos institucionalmente sujetados, generando una inevitable tautología social.
Es importante tener en cuenta que este proceso de institucionalización es inherente a la condición humana. Popper (por ejemplo) parte de que el conocimiento (vale decir las teorías científicas) se construyen, parten de un sentido común, vago, aleatorio y difundido de las especulaciones racionales, que avanza luego, hacia conocimientos estables, después de superar las ambigüedades del lenguaje y establecer el criterio de demarcación. Es decir, que pasa todo conocimiento, por el tamiz de las instituciones.
Esta capacidad de selección se explica desde una epistemología evolucionista que se ajusta mediante un proceso selectivo y adaptativo.
Es posible esta explicación biológica / evolutiva por medio del lenguaje, que es el mas propio de los utencillos humanos y que juega un rol fundamental en la adaptación a diferentes entornos y cambios.
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