Y esas canciones que ya no me delatan, fueron el ánimo que inspiró tantas conquistas como fracasos.
Habiendo sido depredador, también a veces venado, no solo para variar o para ponerme en el lugar del otro (como observador), sino como una posibilidad cierta.
Ser, sentir y resurgir para ser no-lo-mismo, sino Otro distinto de mi.
Así quizá se explique la palabra evolución.
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Un despliegue de personalidad, de conducta, o de forma de interpretar la vida…
ResponderEliminarA veces puede ser bueno, como dices, nos hace evolucionar.
Bsos
homocamaleonus. todo un poeta. un abrazo.
ResponderEliminarEn esta vida, mi estimado Valentín debemos aprender a ser presa y cazadores. No me cabe la menor duda que has ejecutado ambos papeles y has aprendido de ellos.
ResponderEliminarPersonalmente he vivido en el papel de timador y timado, que casi viene siendo lo mismo, pero con mayor alevosía.
Un saludo.