Los ecos de la semana pasada (violenta) se
dejan oír aún en todos lados y, cientos de voces sensatas se levantan sobre las
(in)justicia por mano propia.
Leía de uno de los Ministros de la Corte Suprema de Justicia que decía,
“resulta incómodo tener que aclarar lo que parece obvio”. Aquello que debería
ser obvio pero no: pasa que asistimos a una falsa moral, a puras apariencias.
Apegarse las normas vigentes debe ser algo
absoluto, un ciudadano cualquiera (usted, yo, aquel) no puede elegir que parte
de las leyes cumplir y que partes no, se trata de adoptar una posición
definitiva.
Matar un tipo a patadas no es jamás el camino
para pedir trato igualitario y mismas oportunidades, es decir cimientos de la
vida en sociedad.
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