14.4.14

La semana pasada hemos tratado de sentar una posición acerca de la violencia en las calles y los linchamientos, que no son otra cosa que el primer síntoma de la irracionalidad, el comienzo del resquebrajamiento del tejido social; sabiendo que no podemos pedir justicia, idéntico trato y mismo acceso a las oportunidades a patadas como mulas irreflexivas. A aquella humilde reflexión, se le contrapone la opinión arrojada a un medio masivo de comunicación como es “La Nación” en la que Mariano Grondona, como siempre, desde el pedestal de las clases privilegiadas y de los apellidos mas patricios de la argentinidad, se ubica en una posición en la que justifica la violencia a expensas de lo que titula “la noche en que tuvimos miedo” que comienza definiéndolo como aquel sentimiento prudencial por el cual aprendemos a evitar peligros.
La célebre obra “El libro de la Selva” de Rudyard Kipling, narra en el capítulo llamado “de cuando llegó el miedo” que, de a cuerdo con la ley de la selva, está prohibido con penas capitales que ningún animal podrá cazar / matar en las proximidades del bebedero (a orillas del río), a esa ley fundamental de la sociedad la llamaban “la tregua del agua”, tampoco podía matarse por placer (destinada a los depredadores) y menos (jamás) podía matarse a un hombre, ya que el hombre es el origen mismo del miedo de todo animal en la selva. Esa regla fundamental fue rota por el tigre, la voz de la sentencia que lo juzgó dice, ¡Ah ciego e insensato! Le quitaste a la muerte las cadenas que apresaban sus pies, y ahora ella seguirá tus huellas… mataste a uno, muchos mas vendrán contra ti
Nosotros creemos que el lazo social mas primitivo y mas profundo no es el miedo, sino la solidaridad y aquello que nos hace libres en una sociedad democrática es el apego a la ley, como decíamos antes no podemos elegir que parte del sistema jurídico cumplir y que parte no, buscando ser coherentes con aquello que decimos / pedimos, como dice Platón en el inicio de su diálogo “Las leyes”, ellas fueron creadas para cuidar de la ciudad.

Nosotros creemos en una sociedad que tienda a la paz y en una resistencia no-violenta, en permanente búsqueda de mayores libertades.

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