20.4.14

“El día que lo iban a matar Santiago Nasar se levantó a las 5.30 de la mañana para esperar el buque en que llegaba el obispo. Había soñado que atravesaba un bosque de higuerones donde caía una llovizna tierna, y por un instante fue feliz en el sueño…” 
Gabriel García Márquez. (1981), Crónica de una muerte anunciada.


Con total seguridad mi puerta de entrada a todas las letras. 

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