21.3.14

La Universidad podría ser la institución insignia de la modernidad, la institución que respalda la ciencia nueva del hombre nuevo.
En nuestro país fue necesaria una situación límite como la de 1918, cuya magnitud nos atraviesa aún hoy y resuena en los pasillos y aulas la búsqueda incesante de mayores libertades y el ejercicio de la razón, la intervención política contribuyendo al desarrollo social con espíritu inquisitivo y que se sabe provisoria, porque provisorias son las conclusiones del saber.
La Universidad rompe con las ataduras monásticas y monárquicas y ésta alianza de la Universidad (¿?) de Palermo con la lady Valeria Mazza, es una verdadera vergüenza para todos quienes creemos y defendemos la educación no solo pública, sino la educación en si. Esto no solo es una vergüenza sino una (otra) mentira del educación privada con tintes neoliberales.

Con la única tutela de la razón democrática debe guiarse la educación, porque se pretenden ciudadanos conscientes de si y de su lugar en el mundo, una noción fundamental para la liberación del hombre, es decir la educación como práctica transformadora.

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