20.3.14

Estoy preparando un (dos) artículo (s) en relación a un nuevo aniversario del golpe de Estado que llevaron adelante las fuerzas armadas, el 24 de marzo de 1976.
Necesitaba un núcleo contundente y lo pensé desde el robo de bebes como parte del plan, como método de castigo hacia las futuras generaciones porque es la desarticulación de una genealogía, por ende una huella imborrable.
Porque las futuras madres ilegalmente encarceladas eran violadas, electrocutadas y se les arrancaban las uñas. Luego se atravesaba el último umbral de la barbarie, los niños que lograban nacer eran apropiados por sus captores.

De todas las atrocidades que realizaban los “grupos de tarea”, ésta debe ser de las más aberrantes y vomitivas. Nunca, nadie en este suelo debe olvidar que por nuestras calles caminan ciudadanos con la identidad robada y torturadores que se enorgullecen de haberlo sido. Todavía muchos que poco leen la historia reciente, niegan los hechos y las heridas sangrantes que quedan. 

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