Ya
sobre el final del cursado de la carrera de filosofía, hago mi residencia en un
curso del secundario – turno noche, allí donde todo es complicado.
Pienso
diariamente el valor de la práctica educativa, ¿cuál es el sentido de la filosofía
en las fronteras? – es una pregunta abierta y nos sumerge en fuegos cruzados,
parafraseo otra vez la misma expresión de Nietzsche, donde se asume ya no como
un hombre, sino como un campo de batalla.
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