Hoy leí la expresión: “somos contemporáneos del
fin de las utopías”, si nos dirigimos al Real Academia Española veremos que
define utopía como: “plan, proyecto, doctrina o sistema optimista que aparece
como irrealizable en el momento de su formulación” – del griego: “lugar que no
existe”.
Asumir esta premisa es naturalizar la
desesperanza, dejarnos a la deriva incluso en las orillas de la historia.
Las utopías funcionan como arquetipos, son
ideales en sentido estricto, pero motivan a la acción. Entre el determinismo absoluto
(que no existe) y el mas anárquico azar (que tampoco existe), está el hombre
haciendo su propia historia… que es porque existe.
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