20.2.12

Nos introduciremos en el pensamiento de B. Russell...


...sabiendo que no haremos mas que una pequeña incisión de tipo exploratoria, en la basta producción de este prolifero autor, partiremos de “Elementos de la ética”, integrado en el libro “Ensayos filosóficos”, publicado por el autor, en 1910.

En primer lugar lo que Russell pretende es determinar cual es el objeto de la ética. ¿Qué tipo de acciones deben realizar los hombres? Y ¿Qué tipo de acciones deben evitar los hombres? Apresura, que la ética refiere a la conducta humana y que decide que es virtuoso y que es vicioso. Así, la ética puede ser considerada como el estudio practico acerca de las elecciones de los hombres.
A veces se habla de lo bueno y de lo verdadero como pertenecientes a reinos independientes, el primero al de la ética y el segundo al de la ciencia. Piensa Russell que aquí encontramos un doble defecto.

A – el fin de la ética es por si mismo descubrir proposiciones verdaderas acerca de la conducta, que como hemos dicho tienden a la virtud o el vicio; y que precisamente tales proposiciones forman parte de la verdad, de la misma manera que las proposiciones verdaderas sobre la composición del oxígeno o las tablas de multiplicar. El objetivo no es trabajar sobre la práctica, sino trabajar sobre las proposiciones acerca de la práctica, por ello el estudio de la ética no es algo extraño a la ciencia sino que es una de ellas.

B – Se limita de manera equivocada el ámbito de la ética, por ejemplo cuando se enseña a no robar, legítimamente se puede exigir razones para no hacerlo y estas razones no referirán a las acciones mismas, sino que referirán a la bondad o a la maldad. Argumenta Russell que se nos dirá que la veracidad engendra confianza mutua, facilita las relaciones humanas, genera buen clima para los negocios y en todo ese marco se incrementa el bienestar social. Pero, legítimamente un hombre puede seguir preguntando acerca de los por qué, ¿Por qué debemos generar confianza mutua? Se nos dirá que estas son cosas buenas, que conducen a la felicidad y de esta manera (legítimamente) podríamos seguir indagando hasta comprobar que quien lo dice, no conoce el por qué.

La pregunta razonable emerge de la falta de convencimiento y una creencia sobre la que no se puede dar razón, no es una creencia razonable. De la misma manera estamos comprobando que una proposición es explicada mediante otra proposición y sobre la base habrá alguna que se de por supuesto, en consecuencia no hay mas certezas, mas allá de que las cosas probadas no son mas ciertas que las cosas aceptadas simplemente porque son evidentes.
De esto se desprende que en ética hay presupuestos acerca de que cosas son buenas y que cosas son malas. Es buena aquella conducta cuyas acciones son un medio para otras cosas que son buenas por si mismas, será necesario estudiar ¿Qué es bueno por si mismo?
Entonces al incluir lo bueno en sí, la ética deja de ocuparse exclusivamente de la conducta humana.

El primer alto que debemos hacer es acerca de ¿qué entendemos por bueno y que entendemos por malo? Una vez determinado esto, podremos indagar sobre las cosas que hay que producir porque son bienes y que cosas debemos evitar porque son males. Lo que Russell pretende es desentramar este complejo, desde los datos más simples, partirá de ideas que podamos comprender aunque no necesariamente definir y de premisas que podamos conocer, aunque no necesariamente probar.

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