De los medios a los fines.
Adam Smith en La
Riqueza de las Naciones, hace hincapié en el concepto de “interés
propio”, es decir que: el oferente pone en venta determinados productos
exaltando sus propiedades en cuanto mercancía y no desde la exposición de sus
propias dolencias, tales como que necesita vender el producto para comprar
medicamentos o alimentar a su familia.
En el mismo sentido, el demandante compra, atraído por lo
que se llama señales del mercado y no por que se ha conmovido a causa de las circunstancias
del oferente.
La relación se concreta en un precio que a su misma vez,
sirve como abstracción de los particulares involucrados y sus determinaciones
personales.
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