Las bitácoras de viaje comenzaban a detallar
encuentros con un extraño monstruo; durante eternos viajes submarinos jamás se
habían comprobado tales acontecimientos y ahora de repente, sucedían con
frecuencia.
El capitán del “Yellow”, un viejo experimentado
pidió dos aspirinas y el camarero de a bordo le trajo aceitunas, claro: el tipo
era ucraniano o algo así, en otro momento podría haberse vuelto loco por
semejante desconexión sin embargo ese día, estaba demasiado expectante. En toda
una vida de altamar jamás se había topado con una criatura de la que poco o
nada se sabía, ¿acaso era producto de una teología infantil o sería posible que
el hombre aún sea ciego a ciertas profundidades? – al pensar eso y al ver las
aceitunas en el plato se le antojó que estaba en un bar, a punto de saborear un
Martini y repasó la receta en embriagante secreto: - “… 2 partes de whisky, 1
medida de vermouth y 1 aceituna verde…”
No hay comentarios:
Publicar un comentario