19.8.14

Las bitácoras de viaje comenzaban a detallar encuentros con un extraño monstruo; durante eternos viajes submarinos jamás se habían comprobado tales acontecimientos y ahora de repente, sucedían con frecuencia.

El capitán del “Yellow”, un viejo experimentado pidió dos aspirinas y el camarero de a bordo le trajo aceitunas, claro: el tipo era ucraniano o algo así, en otro momento podría haberse vuelto loco por semejante desconexión sin embargo ese día, estaba demasiado expectante. En toda una vida de altamar jamás se había topado con una criatura de la que poco o nada se sabía, ¿acaso era producto de una teología infantil o sería posible que el hombre aún sea ciego a ciertas profundidades? – al pensar eso y al ver las aceitunas en el plato se le antojó que estaba en un bar, a punto de saborear un Martini y repasó la receta en embriagante secreto: - “… 2 partes de whisky, 1 medida de vermouth y 1 aceituna verde…” 

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